Juego de Tronos estrena su última y octava temporada con un primer capítulo repleto de reencuentros. Si todavía no lo has visto, no sigas leyendo y métete en HBO o Movistar +, que se avecinan espoilers en Poniente.

Reencuentros muy esperados, por cierto. Y es que hay personajes que no se han visto desde la primera temporada como Jon Nieve y Arya. El capítulo arranca con la llegada de Daenerys Targaryen, con su poderoso ejército de Inmaculados, junto a Jon Nieve a Invernalia. Y por supuesto acompañados de dos de sus temibles y hermosos dragones.

Todas las familias tendrán que dejar atrás sus rencores, traiciones y ansias de poder por el Trono si quieren sobrevivir a la batalla final contra los muertos. «No tenemos tiempo para eso» les dice Bran Stark al tenso encuentro entre la reina de los Dragones y Sansa.

No hay tiempo de formalidades en Juego de Tronos, pero ¿cuánto aguantarán las alianzas? Incluso el Norte está receloso de los nuevos aliados y no ven a Jon Nieve como el verdadero líder… ay si supieran su verdadera identidad. Menos mal que Tyrion Lannister le echa un cable.

Tendremos reencuentros en los que se nos encogerá el corazón, otros que no serán nada agradables y otros que esperábamos que nunca iban a producirse. Y ojo con la malvada Cersei porque sigue tramando su retorcida jugada maestra.

Según nos vamos acercando al final del capítulo se revelan tres grandes secretos que lo cambiarán todo. Quizá hemos bajado la guardia con tantos abrazos y besos… Aquí podéis ver algunas imágenes emotivas y of course, realmente significativas: